Casa Ojeda

Vivienda Unifamilar Campo

A diferencia de generar un volumen compacto donde se distribuyan las funciones de una vivienda de manera tradicional, la idea de disgregar el programa en volúmenes separados permite alternar entre espacios interiores y exteriores mientras se recorren sus ambientes. De esta manera, se mantiene un contacto directo con el contexto circundante, cuyo clima lo hace factible, y las funciones dejan de realizarse simplemente en el interior al promover el surgimiento de actividades en los vacíos que generan la separación de los volúmenes. Así, propiciando que las actividades interiores se extiendan más allá de sus límites físicos, no sólo se expanden las fronteras mismas de la vivienda sino las experiencias de quienes la recorren y la habitan.

Partiendo de esta ideología, Casa Ojeda rompe la sensación de una casa tradicional posicionando las funciones más públicas/sociales de manera que estas se abran, contemplen y se extiendan hacia el paisaje; mientras que las actividades más privadas se reservan en la parte posterior, todas agrupadas conformando un bloque de tranquilidad y silencio. Ambos paquetes funcionales se organizan a través de un núcleo o patio central que ayuda a distribuir los flujos de circulaciones de manera acertada en su interior. Así, un elemento que por lo general se reserva como punto focal o telón de fondo pasa a convertirse en un habitante vivo más e indispensable de la vivienda: el paisaje.

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“Una pequeña villa de volúmenes sueltos y puentes que capturan el paisaje desde distintas perspectivas. De esta manera, el paisaje deja de ser simplemente lo exterior para convertirse en un habitante más”